Leer por afición, leer por satisfacción, leer por placer. Son muchos y muy variados los motivos que llevan a una persona a leer, pero también son demasiados los argumentos que dan otros para no abrir nunca un libro. La principal escusa, la falta de
tiempo. En este punto, nos planteamos que
si existe el derecho a leer ¿por qué no va a existir el derecho a no leer?
“Como una novela” es el título de una obra
de Daniel Pennac que
reflexiona sobre los derechos de los lectores desde un punto de vista objetivo y realista. Basta con leer la primera frase, “El verbo leer no soporta el imperativo”, para darse cuenta de ello. Así, este profesor y escritor francés presenta un
decálogo de derechos muy interesantes, que quita hierro a las férreas creencias sobre la necesidad de leer un libro de principio a fin.
El lector, simplemente por el hecho de serlo, tiene en su haber la capacidad de decidir cuándo, cómo, dónde, qué y por qué leer. Nadie puede arrebatarle esta potestad literaria, nadie debe poner en entredicho el camino que ha escogido para leer porque lo importante es iniciarse en
un arte que hace más libres a las personas. Y
el deseo de Pennac es reconciliar a los jóvenes con la lectura.
El derecho a no leer encabeza esta curiosa lista de derechos, seguida del derecho a terminar un libro, del derecho a releer, del derecho a leer cualquier cosa, del derecho al bovarismo, del derecho a leer en cualquier parte, del derecho a picotear y del derecho a callarnos. A través de esta enumeración, Pennac aborda muchos de las preocupaciones que en algún momento han asaltado a los lectores cuando se sumergen en la lectura.
“Como cualquier enumeración de derechos que se respete, la de los derechos a la lectura debería empezar por el derecho a no hacer uso de ellos —y en este caso con el derecho a no leer—, sin lo cual no se trataría de una lista de derechos sino de una trampa viciosa”. Daniel Pennac.
Este teórico propone estas pautas como un
intento de motivar a los alumnos a leer, sin obligaciones y sin prejucios, para que descubran por sí mismos todo lo que les puede aportar la lectura, ya sea de un libro, de un periódico, de una revista o de un cartel. La comparación con episodios cotidianos de la vida lleva a hacer de
“Como una novela” un libro de referencia para entender que cada libro es un mundo lleno de sorpresas en el que el lector atribuye sus propios significados.
Si quieres ahondar más en la trayectoria profesional de Pennac, te proponemos que eches un vistazo a una entrevista publicada en la
revista Label France.